El alcalde de Zalamea

Autor: Pedro Calderón de la Barca
Fecha publicación: 1636
Género: Obra teatral / Drama
El alcalde de Zalamea es una obra de teatro que le pertenece al dramaturgo y poeta español Pedro Calderón de la Barca. Quédate con nosotros y descubre el valor del tema del honor.
Resumen y sinopsis
La obra presenta la división de los personajes, a saber, los habitantes del pueblo de Zalamea y los soldados. Así, la historia inicia cuando estos llegan al pueblo y deciden hospedarse en la casa del villano (habitante de la villa) más rico del lugar. El capitán don Álvaro se interesa en la hija de Pedro Crespo.
Tras algunos acontecimientos, el capitán decide secuestrar a Isabel. Efectivamente, es abusada y pierde su honor. Su padre, una vez que se vuelve el alcalde, toma justicia y lo manda a ejecutar. Finalmente, el rey acaba avalando el actuar de Pedro.
Resumen de El alcalde de Zalamea
La obra se divide en tres jornadas. De esta manera, los momentos críticos se desarrollan por la noche y la recuperación de la honra se representa durante el día. Entonces, la aparición de Pedro es importante al ser justo en su actuar.
Primera jornada
La obra inicia cuando unos soldados están en camino a Zalamea. El capitán don Álvaro anuncia que se quedarán en el pueblo hasta que llegue el general don Lope. Para alojarse escogen la mejor casa del lugar en donde vive la más bella del pueblo.
El hidalgo Mendo y su criado Nuño conversan. Mendo afirma su amor por Isabel, la hija de Pedro Crespo. Este aparece y muestra su rechazo por don Mendo. También aparece su hijo Juan. Llega el sargento y comunica que don Álvaro se alojará en la casa de Pedro. Pedro acuerda con su hija que se esconda.
Llegan a la casa don Álvaro y el sargento, y exigen ver a Isabel. El sargento averigua dónde se esconde la hija de Pedro y elaboran un plan. Llegan Rebolledo y Chispa. El capitán les pide que lo ayuden a fingir que lo atacan. Juan y su padre aparecen con sus espadas y caen en la trampa. Llegan a la habitación de Isabel.
Luego aparece don Lope y al intentar castigar a Rebolledo le explican que todo fue actuado. Después, se decide que don Álvaro busque otro alojamiento. Don Lope y Pedro Crespo mantienen una conversación en donde el villano menciona que hubiera matado al capitán si ofendía su honra.
Segunda jornada
Don Mendo y Nuño dialogan acerca de lo ocurrido en la casa de Isabel. En otra parte, don Álvaro, quien está enamorado de la hija de Pedro, se lamenta de la negativa de la villana.
Pedro Crespo y don Lope conversan en la terraza. Luego llaman a Isabel. En eso llegan unos soldados, cantando, a la puerta. Juan afirma que quiere ser uno de ellos. Después, los soldados tiran una piedra a la ventana de Isabel y le dedican una canción.
El sargento, Chispa, Rebolledo y Don Álvaro llegan a la casa de Isabel para verla, pero encuentran todas las ventanas cerradas. Nuño y don Mendo llegan a la casa, y escuchan a los soldados. Don Mendo quiere luchar con ellos. Chispas y Rebolledo se ponen a cantar, pero son atacados por Pedro Crespo y don Lope. Al final sale Juan y se descubre el malentendido.
Don Lope decide que don Álvaro debe partir. Este acepta, pero planea visitar a Isabel por la noche. Después, Juan se alista en el ejército, acción que provoca la alegría de su padre. Más adelante, Isabel se despide de don Lope. Pedro hace lo mismo con su hijo.
Don Álvaro, el sargento y otros soldados se reúnen en la puerta del hogar de Isabel. El capitán piensa llevársela. El padre no puede impedirlo ya que está desarmado y son muchos los atacantes. Luego, Juan se dirige al monte cuando escucha los lamentos de Isabel y su padre.
Tercera jornada
Isabel camina por el monte y duda si recuperar su honra al suicidarse o dejando que su padre mate al capitán. Encuentra a su padre y lo desata. Ella quiere decirle cómo su hermano la salvó e hirió a su atacante. Luego, Pedro se niega a matar a su hija y planea realizar diligencias para proteger a Juan.
Más adelante, Pedro Crespo es comunicado de que ha sido elegido alcalde de Zalamea. Entonces, le dicen que tiene como asuntos la llegada del rey y averiguar quién le ha hecho daño a don Álvaro. El nuevo alcalde está agradecido porque ahora podrá recurrir a la vía judicial para resguardar su honra.
Por otra parte, conversan don Álvaro y el sargento. El capitán está convencido de que la justicia ordinaria no tiene poder sobre él. Llega Pedro y le dice a don Álvaro que quiere hablar a solas con él. El alcalde le promete que le dará todas sus pertenencias si se casa con su hija. Pero el capitán rechaza la propuesta. Pedro se molesta y ordena la detención y ahorcamiento del acusado.
A pesar de que don Álvaro se muestra crédulo, siente un poco de temor y amenaza con quejarse ante el rey. Llega Juan, a la casa de su padre, y quiere matar a su hermana para salvar la honra de la familia. El padre ordena que también sea detenido. Luego, llega don Lope buscando a Juan para castigarlo por herir al capitán. Después, el alcalde se niega a entregar a don Álvaro.
Entonces, don Lope ordena que incendien la cárcel y, si los villanos se entrometen, quemar el pueblo. Llega el rey. Don Lope y Pedro Crespo exponen lo acontecido. Crespo sostiene que el delito es merecedor de la muerte y, puesto que solo hay una audiencia en el lugar, que la sentencia ya fue ejecutada. El rey, sorprendido, dice que el alcalde no tiene jurisdicción sobre el capitán.
El alcalde sostiene que se ha actuado tal como lo hubiera hecho un tribunal de guerra. El argumento convence al rey y ordena que Pedro sea alcalde perpetuo. Este comunica que Isabel entrará a un convento. Además, libera a todos los presos, pero no a su hijo. Sin embargo, don Lope le dice que ya está perdonado.
Análisis de El alcalde de Zalamea
Un tema muy importante es el honor. Esta temática es presentada desde dos puntos de vista. Así, don Lope considera que lo más importante es el rango de la persona, mientras que la mirada de Pedro postula que todos lo tienen y cada uno es responsable del mismo.
Frases
“Tampoco es el primero que le haya costado la vida a un miserable soldado”.
“Por divertir esta fatiga al ir cuesta abajo y arriba, con su voz inquieta una canción al aire”.
“La vida se da al rey, pero el honor es patrimonio del alma, y el alma es de Dios”.
“Decirle que no entrara aquí fue para que no oiga ociosas impertinencias”.
“No dejemos que el tiempo lo pase, algo hemos de hacer nosotros”.