Las lágrimas de Shiva

Autor: César Mallorquí

Fecha publicación: 2002

Género: Novela

Las lágrimas de Shiva es una novela escrita por César Mallorquí, publicada en el año 2002, que narra la historia de dos jóvenes que viven en una España gobernada por el dictador Francisco Franco.

Sin duda, es una historia de búsquedas donde los personajes constantemente están mirando al pasado con el fin de encontrar respuestas.

Resumen y sinopsis

Transcurre el año 1969, mismo año en el que el hombre llega a la Luna, y en la casa que habitan Javier y Violeta se siente una extraña presencia, a la que ambos han denominado fantasma.

Se trata de una historia envuelta en un halo de misterio donde ese fantasma que les persigue y cuyo olor les recuerda al de los nardos, se encargará de guiar a los dos personajes hacía el misterio de las Lágrimas de Shiva y Beatriz Obregón.

Una vez se conoce el secreto, las viejas disputas entre los Mendoza y los Obregón desaparecen, pues el amor hace su trabajo.

Sobre el autor

César Mallorquí, el autor de Las lágrimas de Shiva, nació en Barcelona el 10 de junio de 1953, pero la mayor parte de su vida la ha pasado en Madrid, donde reside en la actualidad.

Mallorquí se ha caracterizado por ser un autor cuyos relatos forman parte del género fantástico y han sido merecedores de varios premios.

Aunque tiene una prolífica obra, las más destacadas son El hombre de arena, El maestro oscuro, La compañía de las moscas, Las lágrimas de Shiva, entre otras.

Resumen de Las lágrimas de Shiva

Las lágrimas de Shiva, novela ambientada en los tiempos de la dictadura franquista, se divide en tres partes: el exilio involuntario, Beatriz y las lágrimas de Shiva y la solución al misterio.

El exilio involuntario

Sucede que el padre de Javier enfermó de tuberculosis y debido a esta situación Javier, un joven de apenas 15 años, fue enviado a la casa de su tío Luis, quien vivía con sus cuatro hijas, llamadas por la gente del pueblo “las cuatro flores, pues sus nombres son: Rosa, Margarita, Violeta y Azucena, la menor.

Al momento de partir, la madre Javier le pidió que por nada del mundo mencionara las lágrimas de Shiva, ese objeto que se había perdido hace ya 70 años atrás y cuya desaparición aún causaba algunas molestias entre los miembros de la familia.

Cuando Javier llegó a casa de su tío Luis inmediatamente se instaló e hizo amistad con su prima Violeta, a quien al igual que a él, le encantaba leer.

Los primeros tiempos en la casa fueron difíciles, pues se sentía solo y no lograba adaptarse. Además, en este lugar cada quien estaba en sus asuntos, pero todo cambió cuando un día se topó con algo como un fantasma con un fuerte olor a nardos.

Al comentarle a Violeta, esta le comentó que ya ella, hacía un tiempo, había notado esa extraña presencia y, además, le dijo que ella estaba casi segura de que se trataba del fantasma de Beatriz Obregón, una de sus antepasadas.

Beatriz y las lágrimas de Shiva

En el año 1901, un matrimonio tendría lugar, el de Beatriz Obregón. Ella, días antes del matrimonio recibió de parte de su prometido Sebastián, heredero de la acaudalada familia Mendoza, un collar de cinco esmeraldas llamado “Las lágrimas de Shiva”.

El día de la boda todo marchaba bien hasta que Beatriz no llegó al casamiento y, desde entonces, se dice que ella huyó con el collar para venderlo y con el dinero hacer su vida. La verdad es que todo fue un invento, pues más tarde llegó la noticia de que lo realmente había ocurrido es que Beatriz había muerto. Lo que más llama la atención de este suceso, la muerte de Beatriz, es que ella no fue enterrada en la cripta familiar.

Lo cierto es que hasta la fecha, año 1969, ninguna de las dos familias-ni los Mendoza ni los Obregón- se llevan bien; sin embargo, esta rencilla familiar no ha sido impedimento para que Rosa y Gabriel Mendoza tengan un romance. Tampoco para que Javier y Violeta se enamoraran, aunque son demasiado jóvenes y tímidos como para darse cuenta de que el amor les ha tocado.

En la casa, la presencia sigue apareciendo y junto a ella ese olor a nardos que llama la atención, sobre todo de Javier. Un día, mientras Javier se estaba bañando, vio como algo, nunca entendió qué o quién, porque estaba solo en el baño, escribió en la pared “Amalia”, y al ver aquellas palabras salió agitado del baño. Violeta está convencida que es el fantasma de Beatriz, pues piensa que la presencia de Javier ha hecho que este tome más fuerza.

La solución al misterio

Un día, Javier pilla una gran borrachera que lo lleva al ambulatorio y es atendido por Ramona. Mientras esta le brinda ayuda comienzan a conversar y ella le menciona a una tal Amalia. Javier se sorprende y le pregunta sobre esa Amalia, a lo que Ramona responde que era la criada de Beatriz.

Javier y Violeta deciden averiguar todo sobre Amalia y encuentran una carta de amor que le había sido enviada a Beatriz por un tal Simón. En ese momento deciden ir a hablar con Amalia, que ya es anciana, y esta les cuenta que un día antes del matrimonio Simón y Beatriz se fueron juntos a América, pero la joven murió apenas llegó a Jamaica.

Tras la conversación de Amalia con los muchachos, nuevamente el fantasma se apareció y le dijo a Javier que el collar estaba en manos de Amalia. Resulta que Beatriz le había entregado el collar con el fin de que Amalia se lo diera a su padre, pero eso no sucedió. Amalia decidió guardar el collar porque en ese momento los ánimos entre las familias estaban exasperados.  Después de recibir el mensaje, Javier fue a ver a Amalia y le pidió que le entregara el collar.

Javier toma el collar y regresa a la casa, pero ahora con Las lágrimas de Shiva en sus manos. Todos al ver el collar de cinco esmeraldas se emocionan. Gabriel, por su parte, aprovecha la ocasión para pedir la mano de Rosa y don Luis acepta. Al otro día van a la playa y, cuando llega el momento de la despedida, Javier y Violeta se dan un beso, y sienten como un fuerte olor a nardos los envuelve.

Frases

“Desde el principio fueron como el fuego y la yesca; estaban destinados el uno al otro”.

“Las caricias son más fuertes que los golpes”.

“Opté por simplificar la verdad, que es una forma como otra cualquiera de mentir”.

“A veces los sentimientos son tan intensos que duelen”.