Maese Pérez el organista

Autor: Gustavo Adolfo Bécquer
Fecha publicación: 1861
Género: Leyenda / Ficción
Maese Pérez el organista es una leyenda que le pertenece a Gustavo Adolfo Bécquer, el romántico por excelencia de la literatura española. Quédate con nosotros y sorpréndete con una increíble historia cuyo acto musical va más allá del plano terrenal.
Resumen y sinopsis
Esta historia tiene un carácter romántico, pues hace alusión a un pasado que para la época ya estaba empezando a quedar de lado. De esta manera se presenta el órgano, un instrumento musical maravilloso, en la misa. Estamos ante un espectáculo que atrae a multitudes.
Es la historia de un anciano ciego que deleita a los asistentes a la misa tocando el órgano, tan bien que se podría decir angelical. Muere para desgracia de los asistentes. Aparece otro personaje que se pone a tocar y lo hace bien para el asombro de todos. Aun así, algunos no están convencidos.
Cuando la hija intenta seguir los pasos de su padre descubrimos que el instrumento nunca dejó de ser tocado por el anciano, a pesar de estar muerto. Este espectáculo es tan impresionante que lleva al arzobispo al arrepentimiento de no asistir a la iglesia en donde se llevó a cabo este prodigio.
Resumen de Maese Pérez el organista
Esta historia tiene como punto de partida el pasado puesto que el narrador menciona que es una mujer quien le cuenta lo sucedido, ello mientras espera la misa. Incluso se mencionan algunos nobles importantes de la ciudad. Estamos ante una leyenda que se enmarca en la Navidad con la misa en años distintos.
El personaje principal sobresale por el amor y la importancia de lo espiritual ante lo material. Además, la historia presenta una división al cual vamos a adaptarlo siguiendo una división que se basa en las acciones del organista.
Maese Pérez como organista de la iglesia
La leyenda trata sobre el maese Pérez quien vivía en Sevilla en un humilde convento de Santa Inés. Él era una persona mayor, un anciano ciego. Llevaba mucho tiempo siendo el organista del lugar, eran décadas tal como lo hizo su padre. Desde que era un infante se dio cuenta que tenía un don muy especial para la música y lo demostraba en la misa.
Los dos amores de su vida eran tocar el órgano en el convento y su hija. El instrumento musical estaba deteriorado por el paso del tiempo, pero él lo cuidaba con amor, así se mantenía sonando como nuevo. También resaltaba por su amor al prójimo que era motivo de admiración. A pesar de ser invidente, él se encontraba convencido de poder ver a Dios y esta idea lo volvía muy optimista.
Un día sucedió que antes de la misa y aun estando el lugar de la reunión lleno de personas de todos los estratos sociales, es más, el mismo obispo llegaba para poder escuchar al maese Pérez, este sintió que su salud peligraba, pero sacando toda la fuerza que pudo de su inquebrantable fe, tocó magistralmente el instrumento al cual estuvo vinculado tantos años.
La muerte del organista
Las fuerzas no acompañaron al maese Pérez y muere en pleno acto musical. Deja en suspenso el espacio musical de la misa, pero aparece un oportunista que se ofrece a continuar lo dejado por el maese. Cabe resaltar que este personaje era muy mediocre y tenía mala fama. Este se sienta en la banqueta y empieza a tocar. El recital es majestuoso como si los mismos ángeles tocaran.
Y así el público queda encantado con la interpretación porque sonaba igual que el maese Pérez, aunque hay algunos que no confían que él sea el autor de semejante acto musical tan angelical a sus oídos. El nuevo organista menciona que no volverá a tocar el órgano, sin embargo, logra su meta de sobresalir y así asciende a tocar el siguiente año en la catedral a pedido del arzobispo.
Un suceso increíble
Luego a la hija del maese le piden que toque el órgano en la misa como si fuera un homenaje a su padre. La mujer acepta y cuando llega el esperado momento se siente nerviosa porque duda si puede tocar tan bien como lo hacía el maese. Además, todos estaban en la catedral para apreciar el espectáculo que allí se llevaría a cabo, la iglesia estaba vacía.
Cuando la hija se prestaba a subir a tocar el instrumento musical, el órgano, en un hecho maravilloso, empezó a sonar solo. La joven entonces se emociona y comienza a llorar y gritar que es su padre quien se encontraba tocándolo. Finalmente, el arzobispo se arrepiente de no presenciar el hecho. Así, también descubrimos que el espíritu de maese Pérez nunca dejó su amado instrumento.
El otro organista que estaba en la catedral hizo un espectáculo bochornoso que deja decepcionados a todos los que asistieron al espectáculo musical propiciado por el religioso del lugar.
Análisis de Maese Pérez el organista
La leyenda está dividida en cuatro partes. En la primera se narra cómo el autor tuvo conocimiento de la historia y se decidió a escribirla. En la segunda parte, dos feligresas comentan que va a tocar el maese Pérez, pero este muere. En la tercera parte, luego de la muerte del protagonista, toca otro organista, y en la última parte descubrimos que el espíritu del maese siempre estuvo presente.
También cabe remarcar que está escrita en prosa y abundan las descripciones de espacios. Estos lugares son precisos puesto que el autor conocía muy bien su tierra. Se pone de relieve la religiosidad, una temática que también están presentes en el resto de leyendas. Se crea un ambiente de misterio para exaltar la música del órgano. Sin duda estamos ante una historia bien lograda.
Frases
“Es bien humilde como todas las piedras de la calle que se dejan pisar”.
“Es imposible pintar el efecto desagradable que causó”.
“Mil himnos a la vez que al confundirse formaban uno solo”.
“Era viejo y parecía un ángel”.
“El órgano estaba solo y seguía sonando como los arcángeles podrían hacerlo”.